martes, 8 de abril de 2008

OREJAS DE MICKIE MOUSE

Estoy somnoliento y cansado, el traqueteo es más o menos rítmico salvo por las repentinas sacudidas que impiden que uno concilie el sueño. Hace unos minutos que hemos emprendido la marcha, estamos a oscuras pero aún así la vista ya está acostumbrada a esta situación, por lo que ha dejado de ser perturbadora, son las tres de la madrugada, y un grito me pone en alerta, un instante después mi cuerpo se va violentamente hacia en frente y como con el instinto de un gato paro el golpe como puedo con los pies aunque lo pago con una sacudida en la columna; un instante después viene una segunda sacudida que no puedo ya detener y no me da tiempo de reaccionar quedandome solo con el amago de interponer mis brazos y manos con todo aquello donde un instante antes mis pies habian dado; un instante en tiempo real aún más corto que el anterior me lleva al tercer, último y más largo instante que se corta en seco al topar mi cabeza contra el techo, en ese contacto mi cabeza estalla de la misma forma que al estrellar una sandia con todas tus fuerzas contra una pared; es un momento indescriptible una sensación de silencio, la respiración desaparece por arte de magia, te acaban de colocar sobre tu pecho el peso de dos vacas lecheras, notas tu sangre que ha saltado hacia todos lo lados, caliente, te chorrea por la boca y eres consciente de que tu cuero cabelludo está en un 40% desprendido; solo eres capaz de decir en ese instante para ti," joder", y con el brazo izquierdo lo buscas y sin apenas poder maniobrar lo colocas en su sitio para evitar desangrarte en la medida de lo posible, hay un silencio sepulcral;oyes gritos desesperados y desgarrados por el dolor; no puedo gritar, no puedo hablar, no puedo respirar, solo una respiración agónica me mantiene consciente, se que ha pasado, se que ha ocurrido y se que debo hacer; he de mantenerme consciente, he de concentrarme en mi respiración, están ahi aunque no puedan llegar, pero una complicación aparece ante mis ojos, una almohada ha caido sobre uno de los focos de luz y están empezando a echar humo, si prende y seguimos aquí encerrados lo mejor seria que muriesemos ahogados por el humo antes que achicharrados y morir abrasados. Consigo soltar mi brazo derecho y lo extiendo ,lo extiendo tanto como la adrenalina que ahora está apoderada de mi cuerpo me permite, y llega hasta ella ,lo justo para levantarla con el dedo anular unos instantes, solo unos instantes porque me supone un esfuerzo sobrehumano, este acto se convierte en mi objetivo hasta que nos puedan rescatar; solo he de aguantar un poco más, solo un poco más, concentrarme en mi respiración, sujetarme con la mano izquierda la cabeza , con la derecha intentar llegar a la almohada y levantarla antes de que prenda, olvidarme del dolor infinito que me abruma, de los cristales en las manos, el humo, las quemaduras, la imposibilidad de respirar más allá de un 10%, y de la inmesidad de kilos que hay sobre mi, es un dolor tan inmenso que he perdido la consciencia de ello. Los gritos vuelven a aparecer, alguién suplica que le ayuden, que lo saquen, otro grita que no se puede salir, estamos boca abajo y es imposible abrir la puerta, se oyen gritos de fuera, no reconozco las voces, preguntan por mi, no hay respuesta, alguien comienza a buscarme y a llamarme , se teme lo peor, sus llamadas son cogidas por la angustia de no encontrar respuesta; estoy ahí debajo de donde estás buscando pero no puedo gritartelo,no puedo decirtelo, no puedo susurrartelo; aún y todo no pienso en la muerte, ni siquiera se me pasa por la cabeza, no es mi dia, hoy no es mi dia, si la muerte ha venido a por mi ,se ha de ir porque paso de ella, es un acto de mala educación el hecho de ni excusarse con ella pero como novia mia que es, el recibir un plantón va en la relación, ya quedaremos para otro día. Quien me buscaba me ha encontrado, me ha arrancado de los brazos de la novia a la que no le prestaba atención, ya puedo relajarme ya puedo perder la consciencia, en lo que queda ya no puedo hacer nada, el vehículo sigue soltando humo y todo entra, hasta que no se pueda abrir la puerta no estaremos a salvo, pero yo no puedo hacer nada asi que dejo que el dolor, el sufrimiento, el agotamiento, la falta de aire junto con el sobreesfuerzo y la agonía se apoderen de mi y me dejo llevar...